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EL LIBERAL . Opinión

La República Argentina y el G 20

15/11/2018 22:31 Opinión
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La República Argentina y el G 20 La República Argentina y el G 20

En pocos días más nuestro país se verá revolucionado

por el arribo de los jefes de

Estado (sus ministros, jefes de los bancos

centrales y colaboradores) de las grandes

potencias mundiales.

Tendrá lugar la cumbre mundial organizada por

la República Argentina que a través de su Presidente,

ejerce la presidencia de este Foro desde el año

2017 y hasta el año 2019.-

El denominado Grupo de los 20 (G-20) es un foro

de Estados en el cual se reúnen regularmente,

desde 1999, los jefes de Estado (o Gobierno), los gobernadores

o presidentes de los Bancos Centrales y

los ministros de Finanzas.

Está constituido por siete de los países más industrializados

(Alemania, Canadá, los Estados Unidos,

Francia, Italia, Alemania, Japón y Australia,

más diez países recientemente industrializados de

todas las regiones del mundo, y la Unión Europea

como bloque económico.

Además, cada año participan como invitados España,

el país que ocupa la presidencia de la ASEAN

(Asociación de Naciones del Sudeste Asiático), dos

países africanos (el que preside la Unión Africana y

un representante de la Nueva Alianza para el Desarrollo

de áfrica) y un país (a veces más de uno) invitado

por la presidencia, por lo general de su propia

región. Además, participan 12 organizaciones internacionales

sociales.

Es un foro de cooperación y consultas entre los

países en temas relacionados con el sistema financiero

internacional, que estudia, revisa, y promueve

discusiones, sobre temas relacionados con los países

industrializados y las economías emergentes,

con el objetivo de mantener la estabilidad financiera

internacional, y de encargarse de temas que estén

más allá del ámbito de acción de otras organizaciones

de menor jerarquía.

En conjunto, sus miembros representan el 85%

del producto bruto global, dos tercios de la población

mundial y el 75% del comercio internacional.

Desde el año 2009 el G20 ha desplazado al G-8

(vgr. países con economías más industrializadas del

planeta) y al G8+5 como foro de discusión de la economía

mundial.

Se entendía por G8 al Grupo de países con economías

más industrializadas del planeta (Rusia, luego

excluida por la Crisis de Crimea, EE-UU. Italia, Reino

Unido, Francia, Alemania, Italia y la Unión Europea)

que luego incorpora a cinco principales economías

emergentes del mundo (India, Brasil, Sudáfrica,

China y Méjico).-

Desde el año 2017 ejerce la Presidencia del Grupo

la República Argentina y hasta el año 2019.

No

obstante, como la presidencia rota entre sus miembros

cada año, el seguimiento y la consistencia de

los temas están garantizadas por la troika, integrada

por el país que presidió el año anterior (Alemania),

el país que ejerce la presidencia (República Argentina)

y aquel que la presidirá el año siguiente (Japón)

al que podría sumarse Arabia Saudita (Presidencia

en 2020).

Mientras que el país que ejerce la presidencia lidera

la agenda de reuniones del año, la troika trabaja

para garantizar la continuidad de la agenda del

G20 a largo plazo.

La agenda del G20 es mucho más amplia que

aquellas correspondientes a sus comienzos.

Hoy,

además de los temas financieros y económicos se incluyen

tópicos de agricultura, salud, lucha contra la

corrupción, la situación de los migrantes y refugiados,

la perspectiva de género, empleo, energía, educación,

salud, la agenda 2030 del desarrollo sostenible

de la Asamblea General de Naciones Unidas, el

cambio climático, la lucha contra el terrorismo, entre

muchas otras temáticas.

En palabras del embajador Pedro Villagra Delgado

“existe una reticencia en los miembros a ampliar

la agenda del G20 a temas no relacionados directamente

con la estabilidad y gobernabilidad financiera

y macroeconómica que son su objeto central y

que permitan abordarlos adecuadamente, no obstante

los temas que se incluyen son los que concitan

la atención de los líderes nacionales en sus respectivas

gestiones. Estos manejan cientos de temáticas a

diario, y de allí la ampliación temática habida desde

2008 en el G20”.

Finalmente corresponde decir que el G20 es un

mecanismo que funciona sobre la base del consenso

característica esta que tiene claros y oscuros que, en

ocasiones han ralentizado el avance en temas candentes

(refugiados y migrantes, empleo y producción,

por nombrar algunos).

La República Argentina ha enarbolado su lema

que se corresponde con su intención de mantener

una política exterior proactiva al G20: “Construir

consenso para un desarrollo equitativo y sostenible”. Dable es decir que este lema importa un compromiso

de política exterior, pero también interior.

Es por ello que se vuelve necesario trabajar en conjunto

con todas las áreas gubernamentales (Finanzas,

Economía, Salud, Educación, Trabajo, Energía,

etc.), además de generar espacios para que el sector

privado y la sociedad civil puedan hacer sus aportes

a través de los Grupos de Afinidad (engagement

groups), tales como B20 (business), C20 (civil), L20

(labour), S20 (science) T20 (think-tanks), W20

(women), Y20 (youth) y estos elevarlos a los líderes.

Impacto en la República Argentina

Ahora bien, el lector se interrogará acerca de la

importancia que el G 20 tiene para nuestro país, en

especial cuando nos golpea una crisis económica severa.

Nuestro Presidente fue claro en su mensaje al

Congreso de la Nación, cuando señaló la necesidad

de que nuestro país tenga una “inserción inteligente

en el mundo”.

Esta intención nos indicaría que el Gobierno Nacional

debe implementar (al decir del autor Paulo

Botta) políticas proactivas en temas de interés común.

Debemos comprender que vivimos en un mundo

por demás globalizado y que, la participación del

Estado en ámbitos multilaterales, como es el propósito

del Ejecutivo Nacional, nos obliga a fortalecer la

cooperación internacional y a entender que las decisiones

no pueden ser tomadas sin vislumbrar ese

norte.

Desde el lema escogido por la Presidencia argentina

“Construyendo consenso para un desarrollo

equitativo y sostenible”, se coligen que tres son los

temas centrales: el futuro del trabajo, la infraestructura

para el desarrollo, y un futuro alimentario sostenible.

Resulta claro que los temas elegidos son precisamente

los que reflejan las demandas y opciones del

país, es decir, generación de infraestructura, inclusión

laboral y la producción de alimentos.

Incluir estas

problemáticas como centrales de la presidencia

argentina constituye una oportunidad para su desarrollo

en el ámbito multilateral que brinda el G 20

pues tiene directa relación con los flujos de inversión,

con el capital internacional y la seguridad jurídica.

Debemos ser conscientes que, de acuerdo con

nuestras capacidades, nos encontramos en un escalón

por detrás de las grandes potencias, lo que torna

necesario trabajar para tener la misma presencia en

el ámbito multilateral que las potencias medianas.

Esto supone un compromiso interno y externo.

Debemos trabajar en reforzar los vínculos comerciales

con China, en la apertura de mercados en

regiones consideradas como no tradicionales para

nuestras exportaciones, en el impacto de medidas

proteccionistas en Estados Unidos o los países europeos,

los precios de hidrocarburos (Vaca Muerta es

nuestra oportunidad) las relaciones con otros actores

no convencionales como Turquía, Vietnam, Sudáfrica,

Arabia Saudita, Japón, entre otros, que exceden

la mirada local o regional, mas sin descuidarla.

Entiendo que existen urgencias de política interna,

mas debemos superar la visión de que lo urgente

impide considerar lo importante.

Debemos trabajar

desde la política exterior en la apertura de estos desafíos

y desde la educación interna (universidades)

para comprender la entidad de esos desafíos.

Otro tema no menos importante es la necesidad

de contar con medios militares acordes al lugar que

se pretende tener en el escenario internacional.

Nuestra triste historia de la participación de los

militares en el escenario político del país desde

1930 y hasta 1982, los delitos cometidos en la década

del 70 supuso, una vez restablecido el orden democrático,

que cuanto menos recursos tuvieran las

FFAA sería mejor para el país.

Sin embargo, luego de más de treinta años de vida

democrática, debemos reconocer que esta constante

debilidad y continua decadencia de medios

militares no es algo deseable para el país que ocupa

el octavo lugar a nivel global en cuanto a extensión

territorial, con un enorme litoral marítimo y grandes

recursos naturales.

Vivimos en un mundo cada vez más inestable.

El

avance de movimientos radicales, de la intolerancia

racial, del narcotráfico, suponen la necesidad de

contar con Fuerzas Armadas más profesionales y

que, incluso, puedan colaborar con las Operaciones

de Paz de Naciones Unidas. Nuestro país tiene una

vasta experiencia en este tópico, mas se necesita una

política de Estado acorde con la participación y presencia

de Argentina en foros multilaterales.

Pretender urgentes resultados constituye una

quimera. Más que hablar de urgencias deberíamos

(de una vez por todas) elaborar una agenda a largo

plazo que constituya una política de Estado. Nuestro

país ha vivido una política pendular (vgr. Personalistas

vs. anti personalistas, conservadores vs.

conservadores, peronistas vs. radicales, izquierda

vs. derecha) que en estos últimos 70 años nos condujo

a la pérdida sistemática de puestos en el ranking

económico mundial.

En el lapso de veinte años discurrimos de encontrarnos

cerca de ser un país con grado de inversión,

a economía emergente y luego a mercado de frontera.

Actualmente regresamos a emergentes.

La Argentina ha hecho aportes significativos en

la elaboración de reglas que rigen la comunidad internacional

como la cooperación entre países en desarrollo,

la promoción de los derechos humanos, la

no proliferación nuclear y de armas de destrucción

masiva, el desarme y el desarrollo del derecho internacional

público, entre otras.

Debemos continuar con este rol de manera activa

y ello significa asumir los compromisos que supone

a Presidencia del G20, que representa un gran desafío,

pero también una oportunidad de mostrar al

mundo lo que la Argentina puede hacer.

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