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EL LIBERAL . El Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Mateo 17,10-13.

15/12/2018 02:32 El Evangelio
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Lectura del santo evangelio según san Mateo 17,10-13. Lectura del santo evangelio según san Mateo 17,10-13.

Cuando bajaban de la

montaña, los discípulos preguntaron

a Jesús: “¿Por qué

dicen los escribas que primero

tiene que venir Elías?”.

él les contestó: “Elías

vendrá y lo renovará todo.

Pero os digo que Elías ya ha

venido, y no lo reconocieron,

sino que lo trataron a su antojo.

Así también el Hijo del

hombre va a padecer a manos

de ellos”.

Entonces entendieron los

discípulos que se refería a

Juan el Bautista.

Comentario

Cuatro son los personajes

de la liturgia de hoy:

Elías, Juan el Bautista, Jesús

y todos nosotros. Elías

y Juan el Bautista tienen un

rasgo común en su predicación:

“mano dura”. “Elías, un

profeta como un fuego, cuyas

palabras eran horno encendido”.

Juan el Bautista se

ganó la fama de austero y de

predicador recio: “Raza de

víboras, ¿quién os enseñó a

huir de la ira que os amenaza?...

Ya está puesta el hacha

a la raíz de los árboles,

y todo árbol que no dé buen

fruto será cortado y arrojado

al fuego”.

Jesús en el anuncio y

predicación de su buena noticia

tiene otro tono. Un tono

cercano, entrañable, más

amable. Nos anuncia que

Dios está dispuesto a tener

unas relaciones muy cercanas,

íntimas con todos los

hombres, siendo nuestro

Rey y Señor. Si le dejamos

se ofrece a reinar en nuestro

corazón y guiar nuestras

vidas.

Pero es un Rey especial,

tan especial que Jesús nos

asegura que es nuestro Padre,

que busca siempre nuestro

bien. Y cuando nos despistamos

y le damos la espalda

está dispuesto a acogernos

y perdonarnos hasta

setenta veces siete, es decir,

siempre. También Jesús, en

la misma línea que su Padre

y nuestro Padre Dios, se olvida

de su condición divina y

se llega hasta nosotros como

nuestro servidor, señalándonos

el camino que conduce a

la vida y vida abundante.

Las autoridades religiosas

de entonces quisieron

hacerle callar, pero Jesús,

por ser fiel a sí mismo y a nosotros

y a la enseñanza que

quería dejarnos, nos siguió

predicando su buena noticia,

lo que le costó morir injustamente

en la cruz. “El Hijo del

Hombre va a padecer a manos

de ellos”.

Quedamos nosotros, los

que queremos vivir con intensidad

este nuevo adviento.

Sabemos bien lo que tenemos

que hacer... seguir en todo

momento a Jesús: “Te seguiré

donde quiera que vayas”.

Dios nos restaura. ¡Qué

buena noticia! Nos restaura

sin forzar nada, sin violentarnos

lo más mínimo. Sólo haciendo

brillar su rostro sobre

nosotros. Es una escuela

de renovación y restauración.

Ya contemplábamos el

otro día que Dios lo hace todo

nuevo, ¿no lo veis? Pero hoy

da un paso más: además, te

restaura.

Se nos invita también a

nosotros a renovar desde

aquí, desde la luz. Como Elías

en el evangelio. Como Juan

Bautista. Esta vez no se trata

de hacer caer fuego y azufre

sobre tanta imperfección

y grietas como tenemos. Esta

vez Dios renueva poniendo su

rostro cerca del nuestro. Como

por contagio, por cercanía,

por puro amor.

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